Nada mejor que una sopera humeante en la mesa; que buen símbolo de hogar y que reconfortante momento, sobre todo después de haber estado comiendo (malcomiendo) unos días fuera de casa….
Como a mí me encantan las recetas antiguas, sobre todo las sacadas de la sabiduría popular, os propongo esta humilde sopita de origen rural, con su sabor de antaño: de ajo, de tomillo, de pan…. Juntando esos tres sabores genuinos, nos da como resultado esta sopa, aromática y sabrosa.
LA RECETA:
Ingredientes:
(Para 4 personas)
12 dientes de ajos (los que llevaba una cabeza)
4 huevos
1 ramita de
tomillo
1 cucharadita (postre) de pimentón De la Vera
1 pellizco de azafrán en hebra
1 litro y medio de agua o el equivalente a la medida de 6 vasos (puede sustituirse el agua por un caldo muy suave, o bien agua y caldo al 50% yo la he hecho solo con agua)
100 gr. de queso rallado, mejor si es manchego
8 trozos de pan (yo le he puesto pan de payés, pero podéis sustituirlo por rebanadas de pan de barra ancha)
6 cucharadas soperas de aceite de oliva
2 cucharaditas (postre) de sal
12 granos de pimienta negra en grano
Elaboración:
1.- Primeramente pelamos los ajos. Para facilitar esta tarea, le daremos un pequeño golpe a cada diente de ajo, no demasiado fuerte para no chafarlos, de ésta manera se desprenderán fácilmente de la piel. Posteriormente los troceamos.
2.- En la olla donde vayamos a hacer la sopa, calentaremos el aceite de oliva procurando no sobrecalentarlo en exceso porque sino los ajos se quemarán y la sopa amargará; cuidado con este paso. Juntamos los ajos troceados con el aceite caliente y en cuanto empiezan a cambiar de color sin esperar a que se doren del todo para evitar que se quemen, le echamos la cucharadita de pimentón, removemos rápidamente y sin esperar (ojo, que el pimentón también se quema enseguida) le echamos el agua o el caldo.
3.- Añadimos la sal, la pimienta, el tomillo y el azafrán, subimos el fuego hasta que arranque a hervir, entonces lo volvemos a bajar; se trata de que haga chup-chup sin que hierva a borbotones para que no se nos evapore demasiado la sopa, pero sin dejar que pierda el hervor. Tapamos y dejamos unos 25-30 minutos.
4.- Mientras tanto, programamos el horno a 180º y tostamos ligeramente las 8 rebanadas de pan con un chorrito de aceite de oliva durante unos 10 minutos, vigilándolas, ya que cada horno es un mundo y los tiempos pueden variar. A cuatro de las rebanadas le colocamos queso rallado por encima y lo dejamos en el horno medio minuto más o hasta que el queso se deshaga ligeramente. Reservamos.
5.- Colamos el caldo y lo volvemos a poner en la olla nuevamente.Yo aparté los dientes de ajo, los chafé con un tenedor y los volví a incorporar a la sopa, pero ésto es opcional, al fin y al cabo en el caldo ya está la sustancia de los ajos.
6.- Añadimos a la sopa, las 4 rebanadas de pan tostado con aceite, hervimos unos cinco minutos y removemos, el pan ayudará a trabar y a darle cuerpo a nuestra sopita.
6-.Por último le incorporamos los 4 huevos a la sopa hirviendo, removiendo enseguida ya que lo que pretendemos es que el huevo cuaje haciendo hebras, no enteros.
7.- Servimos la sopa bien caliente y colocamos en cada plato una tostada de pan con el queso fundido.
LA FOTO:Ingredientes y proceso...
Esta sopa también es ideal para reforzar las defensas del organismo y combatir resfriados. El ajo tiene propiedades antisépticas y depurativas, como podéis ver
aquí. El tomillo es, además de otro antiséptico, un buen estimulante, y tiene otras muchas propiedades, como también podéis comprobar
aquí. Por lo que esta sopa, además de alimentarnos ¡parece una farmacia! :)
Buen provecho!