El fuet es nuestro embutido más emblemático. Es una tentación. Afortunadamente todavía se pueden encontrar fuets artesanos fácilmente en charcuterías de toda la geografía catalana, sin conservantes ni aditivos, como tiene que ser.
La composición es simple: carne picada de cerdo, sal y pimienta (no pimentón) en un intestino de cerdo. Hacen falta los aires del Pirineo o la Tramontana de l’Ampordà para curarlo y hay que mimarlo en lugar oscuro, abriendo y cerrando ventanas cuando toca hacerlo, lo que precisa arte, ciencia y paciencia.
La composición es simple: carne picada de cerdo, sal y pimienta (no pimentón) en un intestino de cerdo. Hacen falta los aires del Pirineo o la Tramontana de l’Ampordà para curarlo y hay que mimarlo en lugar oscuro, abriendo y cerrando ventanas cuando toca hacerlo, lo que precisa arte, ciencia y paciencia.
Cuenta la leyenda que cuando Alfonso XII viajaba a Vic, visitaba la catedral, el obispo y una fábrica de longanizas, pero fracasó en su intento de que le elaboraran la suya propia en Madrid; seguramente no pensó en que el aire y la niebla de Vic es el secreto de su inigualable bouquet.
Fuera de Catalunya, a menudo se confunde con el salchichón, pero NO es un salchichón, ni se le parece al salami, ni a la butifarra, ni al chorizo, ni a la longaniza castellana, todos ellos son embutidos diferentes. El fuet es el fuet. Solamente emparentado con la secallona, espetec, somalla, tastec sec, etc. que son sus ‘primos hermanos’ o más bien 'hermanos casi gemelos' y ¿Cuál es la diferencia entre ellos? Aquí sí que se puede decir que el tamaño importa, la diferencia está en el calibre: largo, corto, ovalado, estrecho, etc…
Es mejor gozarlo acompañado de pan con tomate, para ello hay que untar un tomate rojo y maduro en una rebanada de buen pan, mejor si es de payés y añadirle un poco de aceite de oliva extra y sal.
Es un embutido ancestral, se sabe que se viene transmitiendo de abuelos a nietos, que encanta tanto a niños como a mayores, que se elaboraba ya desde hace siglos por campesinos, que es recogido a partir del siglo XIX por la industria, y que desde siempre ha sido el embutido más elaborado y más consumido en el territorio catalán.
Nada más, tan sólo que disfrutéis de este bocado de fuet artesano, sublime...
Bon profit !!
Es mejor gozarlo acompañado de pan con tomate, para ello hay que untar un tomate rojo y maduro en una rebanada de buen pan, mejor si es de payés y añadirle un poco de aceite de oliva extra y sal.
Es un embutido ancestral, se sabe que se viene transmitiendo de abuelos a nietos, que encanta tanto a niños como a mayores, que se elaboraba ya desde hace siglos por campesinos, que es recogido a partir del siglo XIX por la industria, y que desde siempre ha sido el embutido más elaborado y más consumido en el territorio catalán.
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