 
 LA RECETA:
Ingredientes:
2 Cebollas medianas
Elaboración:
LA FOTO:

La cebolla caramelizada es estupenda para todo, probarla otro día con pollo, lomo, salchicha, solomillo de ternera, pavo...

Que aproveche!
 
 

 Comer castañas, panellets y boniatos acompañándolos de moscatel y cava, es una tradición muy arraigada en la festividad de ‘todos los santos’. En la Edad Media la noche del 31 de octubre se tocaban las campanas de todos los conventos para recordar así a todos las vecinos la necesidad de rezar por los difuntos. Debido a esta actividad, los campaneros necesitaban un gran aporte calórico y energético para poder recuperarse del esfuerzo. El moscatel ayudaba a soportar las bajas temperaturas y las horas que tenían que estar repicando las campanas. Más adelante se añadió la historia que decía que los hombres se dedicaban a recoger castañas, boniatos y leña durante el otoño y las mujeres cocinaban unos pastissets dulces y pequeños, que son los que hoy conocemos como panellets. Cuando llegaba la noche, todas las familias se reunían delante de la chimenea y comían boniatos y castañas al calor del fuego….
Comer castañas, panellets y boniatos acompañándolos de moscatel y cava, es una tradición muy arraigada en la festividad de ‘todos los santos’. En la Edad Media la noche del 31 de octubre se tocaban las campanas de todos los conventos para recordar así a todos las vecinos la necesidad de rezar por los difuntos. Debido a esta actividad, los campaneros necesitaban un gran aporte calórico y energético para poder recuperarse del esfuerzo. El moscatel ayudaba a soportar las bajas temperaturas y las horas que tenían que estar repicando las campanas. Más adelante se añadió la historia que decía que los hombres se dedicaban a recoger castañas, boniatos y leña durante el otoño y las mujeres cocinaban unos pastissets dulces y pequeños, que son los que hoy conocemos como panellets. Cuando llegaba la noche, todas las familias se reunían delante de la chimenea y comían boniatos y castañas al calor del fuego….






 
 























2.- Con la ayuda de un mortero troceamos las almendras tostadas (se puede utilizar directamente almendra granulada, la venden así)
3.- En un recipiente preparamos la mezcla siguiente: ¼ de litro de agua, el azúcar, el café y el coñac. Untamos un molde rectangular de cake, y colocamos una capa de melindros, mojados ligeramente con la mezcla preparada; extendemos la mitad de la mermelada y empolvamos con la mitad de las almendras. Volvemos a poner una capa de melindros de la misma manera, encima, y ponemos la mitad o algo menos del chocolate; repetimos la capa de melindros, etc. Acabamos con melindros (son dos capas de mermelada y dos de chocolate)
4.- Lo dejamos enfriar bien en la nevera. Desmoldamos y vertemos por encima el resto del chocolate restante que habremos fundido previamente.
5.- Lo decoramos con las cerezas confitadas y con el resto de almendras troceadas.
Se guarda en la nevera. De un día para otro mejora.
LA FOTO:



 Maceramos cuatro costillas de cerdo troceadas junto con un vasito de vino blanco, un par de ajos troceados, una cucharadita de comino, una cucharadita de pimentón, una ramita de romero, otra de tomillo y un puñado de guisantes (reservamos unos cuantos para el acabado)
Maceramos cuatro costillas de cerdo troceadas junto con un vasito de vino blanco, un par de ajos troceados, una cucharadita de comino, una cucharadita de pimentón, una ramita de romero, otra de tomillo y un puñado de guisantes (reservamos unos cuantos para el acabado) 
 

 
 





 
 

 
 

 
Yo practico el comercio de proximidad. “Minimizar la distancia física entre el lugar de origen del producto y el lugar de consumo supone una mejora medioambiental dada la reducción del transporte y, consecuentemente, de las emisiones del CO2. Los productos cercanos de temporada suelen ser más frescos y duraderos”
